La rutina del desayuno fue exactamente igual que la cena estuvo repleto de charlas ocasionales entre Sheila y Lillian.
"Tengo una duda tía Sheila? Te atreviste a hablar captando el interés de ambas mujeres.
"Que ocurre cariño? Sheila hablo con mucha interés sobre lo que ibas a preguntar.
"Habías dicho que mi madre no iba volver dentro de un mes pero que ocurre con Ariadne tenía entendido que iba a volver mañana? Te parecía extraño que Ariadne no se hiciera cargo a la espera del regreso de tu madre.
"Sobre eso, quiero disculparme si hice caso omiso sobre este tema querido pero tu hermana aún no tiene idea de tu problema" Explicó Sheila con suma tranquilidad para que tu y Lillian comprendieran la situación.
"Pero ella va volver de la universidad y no va encontrar a Blaise. Eso no es un problema? Preguntó Lillian al no comprender el hilo de la conversación.
"Ariadne y Jordana tampoco regresaran dentro de unas semanas debido a que tenían planeado tener unas pequeñas vacaciones cerca de la universidad por lo que yo y Miriam decidimos ocultar la verdad para no estropear sus planes" Las palabras de Sheila fueron una alegría para ti viendo lo bromista que ha sido Lillian contigo no querías imaginar lo que sería capaz de hacer contigo Jordana si alguna vez se quedarán ustedes solos.
"Ya veo. Que otras personas saben de mi condición Tía Sheila? Preguntas esperando una respuesta positiva de la mujer mayor.
"Aparte de tus padres también se enteraron Dolores y Zuleima debido a que pensamos que era unos de sus inventos lo que ocasionó este problema pero ella no tenía idea de esto. Miriam también les contó a tus abuelas para que te vinieran a buscarte pero la convencí de que podremos cuidarte hasta que ella vuelva. Te sientes incómodo en nuestra casa querido? Al saber que las personas más importantes para tu madre sabían de tu condición te hacían querer escapar de este lugar pero como no querías ser maleducado solo negaste con la cabeza que no te molestaba esta situación.
"Eso es increíble ahora comamos nuestros desayunos para que decidamos que hacer por el día" Hablo Sheila mientras los tres terminaban de comer.
Al terminar el desayuno Sheila se encargo de lavar los platos sucios mientas ustedes dos veían televisor.
"Que planes tienes para hoy o mejor dicho que quieres que haga tu juguete hoy" Preguntas sarcásticamente a Lillian.
"Parece que alguien se está metiendo en su papel pero respondiendo a tu pregunta supongo que es hora de que entres a mi trasero" Dijo Lillian levantando tu cuerpo para presionarlo sobre su vientre regordete.
"Puedes escuchar esos sonidos? Preguntó Con malicia Lillian mientras se levantaba del sillón para rodear su mano de su cintura.
"Puedes elegir estar tras mi tanga para acercarte a mi ano o que mi tanga sirva como escudo? Dijo Lillian mientras te mostraba su trasero algo que te habías acostumbrado por los sucesos del día de ayer. Algo que estabas acostumbrado era que las mujeres de esta casa no le importaban estar en ropa interior frente a tu presencia. No parecían tener vergüenza al mostrar su cuerpo con poca ropa solo lo hacían para molestarte aún más.
"Por favor no retires tu tanga por hoy" Rogabas que Lillian te hiciera caso pero como toda broma suya hizo lo contrario a tu petición.
La mano libre de Lillian comenzó a hurgar en su trasero para retirar una tanga negra que su mayor parte había sido masticada por sus enormes montículos de carnes.
"No te preocupes te sacare para la hora del almuerzo si es que no me olvido de ti" Se río Lillian mientras te soltaba de sus dedos para caer sobre su tanga que solto con indiferencia dejando que volviera a su lugar entre su grieta.
Esto era mucho peor que ser el cojín de Lillian mientras usaba su computadora ya que estabas en lugar más peligroso de la tierra en estos momentos.
La tanga solo se detuvo a mitad de camino debido a lo gordo que era el trasero de tu amiga pero estabas lo suficientemente lejos para que la luz pudiera pasar entre toda esa carne que te rodeaba.
El olor de sus pedos formaban una atmósfera difícil de respirar haciendo que tuvieras arcadas pero lo peor de todo era la presión que ejercían las dos paredes que te envolvían restringiendo tus movimientos.
Sheila volvió de la cocina y se sorprendió al ver a su hija de pie sin ningún motivo aparente.
"Te ocurre algo cariño? Pregunga Sheila mientras Lillian se daba la vuelta hacia ella.
"Nada en especial solo Blaise que quizo entrar a mi trasero" Mintió Lillian mientras daba un golpe a su trasero formando una onda sísmica en todo su trasero.
"Esperaba tener un turno con el ya que tu pasaste todo el día de ayer con el" Se quejo Sheila al ver que su hija se adelanto a sus acciones.
"No te preocupes mamá después del almuerzo puede ser tuyo hasta mañana" Apenas podrías escuchar los sonidos del exterior por culpa de estas masas regordetas que impedían que cualquier sonido llegará a tu lugar.
"Iré a mi habitación para ordenar unas cuantas cosas" Dijo Lillian mientras empezaba a tomar camino a su habitación.
Tu mundo entero se enfrento a un sinfín de temblores que apretaban tu cuerpo pero todo se detuvo de un momento a otro cuando un sonido gutural te puso los pelos en punta.
Lillian se detuvo frente a su cama cuando una idea traviesas recorrió su mente.
"Blaise no tengo idea si puedes escucharme pero te tengo una propuesta" Dijo apretando su nalga sobre ti para sentir tus patéticas luchas en su trasero.
"En estos momentos soltare un montón de pedos masivos pero si quieres evitarlo solo tienes que dar una buen beso a mi trasero" Dijo Lillian ya que con tu tamaño actual el poder que tenia sobre ti hacia que liberaba todos sus deseos a ti.
Solo podrías escuchar sonidos apagados pero para mala fortuna tuya escuchaste la petición de Lillian que te hacia preguntar si ibas a sobrevivir un mes entero con Lillian.
No querías seguir los juegos de Lillian pero los sonidos se hacía cada vez peor así que de mala gana diste una pequeño beso como pudiste. El sabor salado de sus nalgas te hacían querer vomitar pero no lo hiciste para evitar un castigo mayor por parte de tu amiga.
"A eso le llamas beso. Supongo que puedo soltar estas bombas" Se río Lillian cuando fue incapaz de aguantar una andanada de pedos salvajes.
A pesar de que habías hecho lo que te pidió Lillian fuiste bombardeado por múltiples pedos que salian sin permitir respiro algunos. No había descanso por cada pedo que pasaba haciendo que las nalgas de Lillian se golpeaban entre ellas formando múltiples aplausos que te apretaban provocando más dolor a tu sufrimiento.
Para empeorar tu situación tu amiga decidió tomar asiento en su cama provocando una cámara de gas sobre su trasero.
Cada emanación que salía te golpeaba con la fuerza de un tifon que amenazaba con mandarte a volar pero la tanga a tu espalda servía como barrera. Tu mundo cambió rápidamente cuando sentiste que la presión cambió y su tanga junto a ti se deslizó aun más profundo en su grieta.
Gracias a que Lillian estaba sentada el aire fétido no tenía donde ir provocando una niebla que afectaba tus sentidos.
"Supongo que ese fue el último por ahora" Dijo Lillian cuando su pedo se fue apagando. "Bueno si quieres salir de esta cámara de gas ahora tendrás que dar un mejor beso que antes o si no prepárate para la segunda ronda" Apenas respiraba aire que no fuera contaminado y Lillian seguía con su juego.
Estabas tan golpeado que no te atreviste hacer nada lo que provocó que Lillian siguiera soltando sus armas nucleares sin problemas sobre ti.
Podrás escapar de Lillian o ella aún tiene ganas de jugar contigo?