Una de las inevitabilidades de nuestra civilización es que acabará cayendo, al igual que los imperios del resto del mundo. Nuestra madre vivirá mucho, pero acabará muriendo. Su cuerpo dejará de funcionar. No podremos vivir de los recursos de su cuerpo, porque ya no los producirá. A menos que alguien nos ayude, nos veremos obligados a volver a las penurias a las que se enfrentaba nuestra especie antes del Proyecto Colonizar. Estaríamos defraudando a las generaciones futuras que prometimos cuidar y proteger. Por eso debemos elaborar un Plan de Contingencia para cuando muera nuestra madre y para salvaguardar el futuro de nuestra especie.

Nuestra única solución actual a este problema es trasladar la población de la civilización al cuerpo de otro Prodigan. Así garantizaríamos la seguridad de las generaciones futuras y causaríamos el menor trastorno posible a sus vidas. El problema es que nuestra madre aún no ha hecho pública la existencia de nuestra civilización y puede que nunca lo haga. A la mayoría de los Prodigans todavía no les importa nuestra especie. Es probable que se nieguen a aceptar alojar a personas diminutas en su cuerpo y, aunque lo hicieran, podrían tratar a nuestra especie como esclavos en lugar de como personas con las que compartir su cuerpo. Sólo hay otros dos Prodigans que sepan de nuestra existencia. Ambos son muy amables, pero tienen una edad similar a la de nuestra madre. Probablemente morirán antes o poco después que nuestra madre.

Nuestra madre nos encomendó la misión de curar su infertilidad. Esto puede acabar siendo necesario para que nuestra civilización continúe. En quién podríamos confiar más para mudarnos una vez que nuestra madre muera que en su propio hijo. De sangre Si podemos hacer que nuestra madre sea capaz de tener hijos, no sólo la haríamos muy feliz, sino que tendríamos a alguien a quien mudarnos cuando nuestra madre muera. Nuestra madre puede enseñar a este niño a ser amable con nuestra especie y a cuidar de nosotros. Confiamos en que nuestra madre criará a este niño igual que nos crió a nosotros y heredará su bondad y amor por las especies más pequeñas de este mundo. El niño tendría que ser hembra, ya que el cuerpo femenino produce más recursos y tiene más espacio para expandir nuestra civilización que el cuerpo masculino. Aunque el niño fuera varón, nos alegraríamos mucho por nuestra madre y acogeríamos a nuestro hermanito mayor en nuestra familia. En estos momentos estamos haciendo todo lo posible por averiguar cómo hacer que nuestra madre sea fértil. Aunque pasarán varios años antes de que nuestra madre muera, es mejor encontrar una solución a su incapacidad para quedarse embarazada lo antes posible para evitar a las generaciones futuras el inevitable colapso de nuestra civilización.
119 views
·
June 8, 2023