Donde todo comenzo...10 años antes del exodo
La vida de Andrew había sido muy traumática desde que era niño...nacido dentro del seno de una numerosa familia microputiense que ya no podian mantener...fue abandonado por sus padres a la edad de 6 años en un centro de adopción para personas microputienses, que se encontraba dentro otro enorme centro de adopción para padres y madres prodigan que deseaban adoptar niños de otras razas inferiores...la vida en ese centro no era del todo buena, con miles y miles de niños microputienses llegando cada semana y con pocos padres liliputienses y gulliverianos (quienes eran los más aptos para criarlos) realmente interesados en adoptar, hizo que los recursos cada vez fueran más limitados llegando al punto de ser insuficientes para vestir y alimentar a toda la población del centro...sin mencionar la educación que era limitada solo para los niños más grandes como liliputienses y gulliverianos quienes tenían más posibilidades de ser adoptados por padres más grandes, debido a lo difícil que era para un padre brobdingnagian o una madre prodigan ver, hablar y cuidar a un niño microputiense debido a su microscópico tamaño.
Pero la vida de Andrew (y de todos sus compañeros) cambiaria para siempre una tarde en el que se encontraba jugando en el inmenso campo de la parte de atrás del centro, con todos sus amigos…cuando inesperadamente la forma gigantesca de un iris verde se vislumbró en el cielo bloqueando la luz del momento, y haciendo que Andrew y los miles de huérfanos del centro quedaran anonadados e impactados por este inusual fenómeno que no ocurría con regularidad...por supuesto, sabían muy bien a quien pertenecía ese iris gigantesco…pertenecía a un prodigan que los observaba a través de la lente de uno de los muchos microscopios avanzados, que el centro de adopción prodigadiano poseía, para que los padres prodigans o brobdingnagians pudieran visualizar a los miles de niños microputienses que estaban esperando una oportunidad, y ver si de esa manera lograban compadecerse de ellos y desearan adoptar al menos a unos cientos de ellos.
Sin embargo, esa estrategia no tenía el éxito deseado, ya que no era común que un prodigan o un brobdingnagian que visitaba el centro, estuviera interesado en adoptar a niños microputienses y optaban rápidamente por observar a otras razas, por lo que Andrew solo presencio esos momentos, unas cuantas veces durante los muchos años que paso en el centro de adopción; y nunca pudo saber quién era la persona que se encontraba observándolos, si era hombre o mujer…ya que esto no los mencionaban sus cuidadores y maestros que dirigían el centro ya que muchas veces ni ellos sabían quiénes eran…al ser también microputienses estaban también bajo el cuidado de las razas más grandes.
No obstante, esta ocasión fue diferente…ese iris gigantesco pertenecía al de una hermosa joven prodigadiana que los observaba a cada uno de ellos a través del microscopio…trataba de discernir a los miles de niños que vivían en ese centro y se imaginó estando junto a ellos platicando y jugando, claro eso era imposible de realizar debido a su inmensa escala, pero de alguna manera hizo que saliera a como de lugar, ese sentimiento acumulado y guardado por muchos años dentro de ella…ser madre.
“Que tiernos y diminutos se ven desde aquí” menciono ella,
“Son los niños residentes del centro de adopción microputiense no. 506” menciono la Dra. Alice O’Hara, encargada del centro prodigan…se encontraban en un pequeño pasillo repleto de varios tanques de vidrio que descansaban sobre unos estantes de metal. Esta era el área de adopción microputiense, la más pequeña del centro y a su vez la más grande en población de todas…también era una de las menos frecuentadas por los padres prodigan que deseaban adoptar por lo que
la Dra O’Hara se encargaba personalmente de guiar y acompañar a esta joven ya que esta se mostraba interesada de conocer todo el centro, y había pedido que la llevaran a ver a cada uno de los distintos niños huérfanos que se encontraban en las distintas áreas del lugar incluido los niños microputienses, algo no tan común de ver con regularidad.
“¿En qué edad se encuentran estos niños?” pregunto la joven, que seguía observando desde el microscopio a los niños del lugar.
“Estos están por cumplir los doce años de edad…la población de ese centro es de casi 30,000 niños…todos fuertes y sanos y listos para aceptar un nuevo hogar” la Dra O’Hara contesto…esperando convencer en algo a esta joven de adoptar al menos unos cientos de ellos.
“Ya veo…e imagino que llevan muchos años encerrados aquí” pregunto la joven.
“En efecto, algunos llegan al centro, según nuestros registros, desde que tienen cuatro años…no han visto nada fuera de ese lugar y de las paredes del cristal…que como te habrás dado cuenta, tienen un blindaje que no permite que “ellos” vean el exterior…claro que, nosotros si podemos ver el interior del cristal y a los diversos centros de adopción que se encuentran ahí, pero si queremos verlos con más precisión el microscopio te puede ayudar.”
“Fascinante” dijo la joven que continúo observando detenidamente el microscopio una vez más, cuando termino y se incorporó de nuevo, sorprendió a la Dra O’hara con su declaración…
“Veo que son realmente increíbles y perfectos para mi…he decidido adoptar a todos los de este centro e incluyendo a los niños liliputienses que me enseñaste en el área anterior”
“¡¿De verdad?!” pregunto la Dra con absoluta incredulidad nunca había visto en sus años en que administraba este lugar a alguien tan emocionada en adoptar a estos los más “pequeños” del lugar…
“Si, en verdad…deseo adoptar a todos los niños que se encuentran dentro de esta pecera… ¿habrá algún impedimento?”
“No, para nada, solo que estoy asombrada por tu emotividad para con ellos…nunca habia visto a alguien asi…y eso brinda esperanza a este lugar de que no todo es malo…te felicitamos por tu generosidad y te deseamos la mejor de las suertes para que tengas éxito en tu crianza con ellos,” le contesto la Dra. con sinceridad, “¿cual es tu nombre completo querida?”
“Sonia Softmore, doctora…y muchas gracias por darme esta oportunidad, es un gran deseo que he estado guardando por mucho tiempo, y ahora se cumplira…¿cuándo me los podria llevar?”
“De inmediato…solo firme los formularios de adopción necesarios y podrá salir con ellos”
“Estupendo” contesto Sonia Softmore, una alegre y sociable científica bióloga que estaba en la cúspide de su carrera, a punto de cumplir los 30 años y que por mucho tiempo había postergado el casamiento y tener hijos para lograr sus éxitos academicos y profesionales en aras de la ciencia y tecnología, y que ahora se encontraba lista para emprender este nuevo proyecto y cambiar la vida para siempre de innumerables niños que no tuvieron la oportunidad como ella de ser criados y educados con amor y bondad.
Ahora ella seria su madre, su “gigantesca” madre que se preocuparía y velaría por cada uno de los miles y miles que vivían en ese pequeño tanque de vidrio…y a pesar de estar emocionada por este nuevo capítulo…el miedo y la duda comenzaron a invadirla…¿cómo le haría para poder comunicarse con todos ellos?, ¿Cómo le haría para conocerlos a todos ellos?, ¿se llevarían bien con ella y la aceptarían como su madre?...las preguntas en su mente comenzaron a juntarse y agolparse…pero se esfumaron en el momento en que le fue entregado el pequeño tanque en el que vivía Andrew y miles de compañeros…quienes se maravillaron cuando escucharon por el inmenso altavoz del centro que todas y todos habían sido adoptados por el inmenso ser que habían visto reflejarse en el cielo hacia solo unos instantes, y que desde ahora se mudarían del lugar y vivirían con felicidad bajo el cuidado y protección de una benevolente y gigante madre prodigadiana que les daría el amor y el cariño que desafortunadamente sus padres no pudieron hacer…
Ahora, 10 años despues Andrew es un apuesto y fuerte joven al que le gustan las aventuras y los desafios dificiles y que esta a punto de embarcarse en una unica y fascinante aventura...un éxodo maravilloso y único dentro de un mundo especial...su madre...
Pero la vida de Andrew (y de todos sus compañeros) cambiaria para siempre una tarde en el que se encontraba jugando en el inmenso campo de la parte de atrás del centro, con todos sus amigos…cuando inesperadamente la forma gigantesca de un iris verde se vislumbró en el cielo bloqueando la luz del momento, y haciendo que Andrew y los miles de huérfanos del centro quedaran anonadados e impactados por este inusual fenómeno que no ocurría con regularidad...por supuesto, sabían muy bien a quien pertenecía ese iris gigantesco…pertenecía a un prodigan que los observaba a través de la lente de uno de los muchos microscopios avanzados, que el centro de adopción prodigadiano poseía, para que los padres prodigans o brobdingnagians pudieran visualizar a los miles de niños microputienses que estaban esperando una oportunidad, y ver si de esa manera lograban compadecerse de ellos y desearan adoptar al menos a unos cientos de ellos.
Sin embargo, esa estrategia no tenía el éxito deseado, ya que no era común que un prodigan o un brobdingnagian que visitaba el centro, estuviera interesado en adoptar a niños microputienses y optaban rápidamente por observar a otras razas, por lo que Andrew solo presencio esos momentos, unas cuantas veces durante los muchos años que paso en el centro de adopción; y nunca pudo saber quién era la persona que se encontraba observándolos, si era hombre o mujer…ya que esto no los mencionaban sus cuidadores y maestros que dirigían el centro ya que muchas veces ni ellos sabían quiénes eran…al ser también microputienses estaban también bajo el cuidado de las razas más grandes.
No obstante, esta ocasión fue diferente…ese iris gigantesco pertenecía al de una hermosa joven prodigadiana que los observaba a cada uno de ellos a través del microscopio…trataba de discernir a los miles de niños que vivían en ese centro y se imaginó estando junto a ellos platicando y jugando, claro eso era imposible de realizar debido a su inmensa escala, pero de alguna manera hizo que saliera a como de lugar, ese sentimiento acumulado y guardado por muchos años dentro de ella…ser madre.
“Que tiernos y diminutos se ven desde aquí” menciono ella,
“Son los niños residentes del centro de adopción microputiense no. 506” menciono la Dra. Alice O’Hara, encargada del centro prodigan…se encontraban en un pequeño pasillo repleto de varios tanques de vidrio que descansaban sobre unos estantes de metal. Esta era el área de adopción microputiense, la más pequeña del centro y a su vez la más grande en población de todas…también era una de las menos frecuentadas por los padres prodigan que deseaban adoptar por lo que
la Dra O’Hara se encargaba personalmente de guiar y acompañar a esta joven ya que esta se mostraba interesada de conocer todo el centro, y había pedido que la llevaran a ver a cada uno de los distintos niños huérfanos que se encontraban en las distintas áreas del lugar incluido los niños microputienses, algo no tan común de ver con regularidad.
“¿En qué edad se encuentran estos niños?” pregunto la joven, que seguía observando desde el microscopio a los niños del lugar.
“Estos están por cumplir los doce años de edad…la población de ese centro es de casi 30,000 niños…todos fuertes y sanos y listos para aceptar un nuevo hogar” la Dra O’Hara contesto…esperando convencer en algo a esta joven de adoptar al menos unos cientos de ellos.
“Ya veo…e imagino que llevan muchos años encerrados aquí” pregunto la joven.
“En efecto, algunos llegan al centro, según nuestros registros, desde que tienen cuatro años…no han visto nada fuera de ese lugar y de las paredes del cristal…que como te habrás dado cuenta, tienen un blindaje que no permite que “ellos” vean el exterior…claro que, nosotros si podemos ver el interior del cristal y a los diversos centros de adopción que se encuentran ahí, pero si queremos verlos con más precisión el microscopio te puede ayudar.”
“Fascinante” dijo la joven que continúo observando detenidamente el microscopio una vez más, cuando termino y se incorporó de nuevo, sorprendió a la Dra O’hara con su declaración…
“Veo que son realmente increíbles y perfectos para mi…he decidido adoptar a todos los de este centro e incluyendo a los niños liliputienses que me enseñaste en el área anterior”
“¡¿De verdad?!” pregunto la Dra con absoluta incredulidad nunca había visto en sus años en que administraba este lugar a alguien tan emocionada en adoptar a estos los más “pequeños” del lugar…
“Si, en verdad…deseo adoptar a todos los niños que se encuentran dentro de esta pecera… ¿habrá algún impedimento?”
“No, para nada, solo que estoy asombrada por tu emotividad para con ellos…nunca habia visto a alguien asi…y eso brinda esperanza a este lugar de que no todo es malo…te felicitamos por tu generosidad y te deseamos la mejor de las suertes para que tengas éxito en tu crianza con ellos,” le contesto la Dra. con sinceridad, “¿cual es tu nombre completo querida?”
“Sonia Softmore, doctora…y muchas gracias por darme esta oportunidad, es un gran deseo que he estado guardando por mucho tiempo, y ahora se cumplira…¿cuándo me los podria llevar?”
“De inmediato…solo firme los formularios de adopción necesarios y podrá salir con ellos”
“Estupendo” contesto Sonia Softmore, una alegre y sociable científica bióloga que estaba en la cúspide de su carrera, a punto de cumplir los 30 años y que por mucho tiempo había postergado el casamiento y tener hijos para lograr sus éxitos academicos y profesionales en aras de la ciencia y tecnología, y que ahora se encontraba lista para emprender este nuevo proyecto y cambiar la vida para siempre de innumerables niños que no tuvieron la oportunidad como ella de ser criados y educados con amor y bondad.
Ahora ella seria su madre, su “gigantesca” madre que se preocuparía y velaría por cada uno de los miles y miles que vivían en ese pequeño tanque de vidrio…y a pesar de estar emocionada por este nuevo capítulo…el miedo y la duda comenzaron a invadirla…¿cómo le haría para poder comunicarse con todos ellos?, ¿Cómo le haría para conocerlos a todos ellos?, ¿se llevarían bien con ella y la aceptarían como su madre?...las preguntas en su mente comenzaron a juntarse y agolparse…pero se esfumaron en el momento en que le fue entregado el pequeño tanque en el que vivía Andrew y miles de compañeros…quienes se maravillaron cuando escucharon por el inmenso altavoz del centro que todas y todos habían sido adoptados por el inmenso ser que habían visto reflejarse en el cielo hacia solo unos instantes, y que desde ahora se mudarían del lugar y vivirían con felicidad bajo el cuidado y protección de una benevolente y gigante madre prodigadiana que les daría el amor y el cariño que desafortunadamente sus padres no pudieron hacer…
Ahora, 10 años despues Andrew es un apuesto y fuerte joven al que le gustan las aventuras y los desafios dificiles y que esta a punto de embarcarse en una unica y fascinante aventura...un éxodo maravilloso y único dentro de un mundo especial...su madre...
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June 8, 2023
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